Crear y compartir

Tejer para alguien que ya no está

La idea me la dio mi psicóloga. «¿Por qué no le haces un regalo a tu padre que puedas quedarte tú?». No el típico regalo que se hace de forma egoísta pensando «si no le gusta me lo quedo yo, jeje». Comprarle algo pensando en lo que a él le gustaría, pero que sea también algo que yo pueda usar pensando que es suyo, recordándole con cariño y no con pena. Como su reloj, que no me lo quito desde que me pidió que se lo guardase en el hospital mientras le hacían unas pruebas.

Pensé que era un poco macabro y una forma de negar la realidad. Hacerle un regalo a un muerto, ¿qué sentido tiene? Pero ahora lo veo como una forma de aceptarlo y seguir adelante. Aceptar la muerte de alguien no significa olvidarle, sino aprender a vivir sin esa persona. No he olvidado a mi padre ni quiero hacerlo. Tampoco quiero dejar de echarle de menos. Aprendo cada día a vivir sin él, pero recordándole con cariño, y con la alegría de haber disfrutado tantos años de él, aunque no hayan sido suficientes, porque nunca hubiesen sido suficientes.

Ayer fue su cumpleaños, el día mundial de los animales y el cumpleaños de mi padre. No le compré nada, pero le he tejido un cuello o buff. Escogí una madeja con un color precioso pero sobrio que me encantó en cuanto lo vi. A mi padre no le iban los colores cantosos ni las florituras vistiendo, así que estoy segura de haber acertado con el color. Tampoco quise tejerlo usando ningún punto complejo o fantasía, porque él hubiese preferido algo sencillo.

Cuello sencillo

Cuello sencillo

Me gusta cómo ha quedado, y creo que a él también le hubiese gustado. No recuerdo a mi padre quejándose de frío. No era friolero. Lo cierto es que en Coruña no suele hacer frío, pero seguro que le habría venido de lujo cuando viniese a visitarme a Bélgica.

Es el buff de mi padre, el que tejí para él, aunque no haya podido estrenarlo, es suyo. Pero yo lo usaré y me acordaré de él cuando lleve el cuello calentito en los días fríos de Bruselas.

Cada uno lleva el duelo como puede y lo mejor que sabe. No hay un manual perfecto para superar una pérdida. Seguramente esto de los regalos no le vaya bien a todo el mundo, pero quería compartirlo por si a alguien le ayuda a seguir adelante y aprender a vivir sin esa persona especial, recordándola con cariño y alegría, en lugar de con pena y tristeza.

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